Descripción
Discriminación y debido proceso. Reflexiones para su entendimiento
Los bienes y principios que privilegia y/o selecciona una sociedad o comunidad, permiten establecer la base de sus instituciones públicas y privadas, y con ello poder desarrollar su estilo de vida y destino. En los regímenes liberales, la democracia es la fuente de donde dimana el poder público, y de ahí al resto de las corporaciones y entidades, que permiten garantizar y proteger la justicia, la libertad, la igualdad, entre tantos valores. Sin embargo, y con el transcurso del tiempo se han relativizado su concepción y operación, descubriéndose que están más entrelazados de lo que se imaginaba. Lo que dirige a estudiar su fuente, la forma de entenderlos, tomando en consideración el contexto histórico, político, económico y social en el espacio-tiempo de cada pueblo.
La igualdad y la justicia son dos de los pilares de la estructura social. Ellos permiten que no haya privilegios, y poder estimar a un Estado como legítimo, en la manera en cómo hace efectivos la defensa y tutela de las libertades y derechos de la población.
La igualdad sirve como un mecanismo para reconocer que hubo o hay un desequilibrio o una injusta distribución en la sociedad, por lo que su función instrumental puede ser preventiva y/o recuperativa. En la primera, las leyes postularán que no debe haber disparidad de derechos, ni exenciones, parcialidades, y menos inmunidades, para asegurar que todos tengan el mismo piso. En la segunda, la igualdad se materializa para que se deroguen las ventajas a quien haya violentado las libertades o derechos de un tercero; se instrumente la legalidad, cesando e invalidando el acto y consecuentemente, se repare el abuso.
Por otro lado, la justicia ha sido el tema por antonomasia del Estado, en que se califica y valida su existencia, en relación a la efectividad de las normas y la eficiencia de las instituciones judiciales. Pero sería erróneo indicar y colocar a la justicia, como una creación más, pues este bien es la aspiración de toda sociedad, en que se aprecia y protegen los derechos e intereses de todos. Por lo que erigir y constituir un sistema de justicia requiere además de normas, recursos humanos y materiales; que los justiciables sientan que serán escuchadas y atendidas sus peticiones y exigencias; que habrá un juicio que se sustentará en el entramado normativo, y que su impartición será conforme a lo que aspira el colectivo social.
Este texto despliega varias perspectivas en materia de igualdad y de justicia, con el afán de que se siga produciendo y reproduciendo el debate, que es lo que siempre hace falta en toda república.
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