Descripción
¿Se puede llevar a cabo una investigación que desde el comienzo elige restringirse a un único y circunscrito detalle hegeliano?
La idea del particular, del breve arco de páginas transparentes y reveladora porque concede una atención exclusiva, y la finge como en fuga por el universo entero que la encierra y la esconde, no está sola: se abre rápidamente a la de la filología que le permite y que da al detalle puesto a la luz su condición privilegiada y ambigua.
En el proyecto y en su ejecución no ha habido (por lo menos en la intención) cesión alguna en favor de una cultura del fragmento o del síntoma exaltados por lugares mágicos tocados por la verdad. No se trata de esto, aunque es necesario evitar confundir resultados interpretativos frustrantes y crédulos con sugestiones a veces de notable interés y novedad, y ya se ha dicho que en las técnicas de la moderna historiografía filosófica falta una elaboración avanzada de una lectura de indicios parangonable a la que en aquel tiempo disponen la crítica o el análisis iconológico.
La sutil trama que se saca a la luz no sugiere ninguna hipótesis revolucionaria sobre Hegel. No creo, sin embargo, haberme deslizado por puertas abiertas. Explicando a Hegel con Hegel se ha encontrado más bien otra confirmación para una línea de interpretación que va siempre ampliando más las bases de sus fundamentos, pero que permanece aún más incontrastada.
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