Descripción
DERECHO, POLÍTICA Y LENGUAJE
En el devenir de la historia la práctica forense, el ejercicio de la política y las construcciones teóricas elaboradas para dar cuenta de esas actividades se han expresado a través de determinadas formas del lenguaje. El lenguaje ha revestido, por tanto, un especial y necesario protagonismo en el desarrollo de esas experiencias, en cuanto cauce fundamental para la comunicación de las mismas. De ello se infiere, el carácter nuclear o constitutivo del lenguaje para la práctica y la teoría del Derecho y de la política.
No debiera pasar desapercibido que una de las profesiones jurídicas más relevantes y caracterizadas es aquella que ostenta el nombre de los “letrados”, es decir, de quienes trabajan con la “letras” en cuanto faceta insoslayable de su quehacer. De igual modo, en la esfera política la alusión institucional al “Parlamento”, evoca, de inmediato, el foro dedicado a la expresión de la “palabra”.
Esa indispensabilidad de lenguaje para el desempeño de las más diversas tareas de la experiencia jurídica y política, así como para la reflexión sobre este tipo de conductas, ha sido objeto de la atención de numerosos estudiosos desde la Antigüedad hasta el presente. El principal propósito de este estudio reside, por tanto, en mostrar que el lenguaje jurídico y parlamentario no consiste en la mera expresión de formas verbales, ajenas a cualquier valoración a tenor de determinadas exigencias éticas. Los autores de este trabajo entendemos que los fines jurídicos o políticos perseguidos por medio del lenguaje poseen una insoslayable dimensión deontológica. Por ello, esas pautas de “deber ser” deben proyectarse en las distintas manifestaciones del lenguaje jurídico y político. Los distintos epígrafes, en los que este ensayo consiste, suponen un intento de desarrollar y fundamentar ese designio intelectual concerniente a la indeclinable dimensión deontológica del lenguaje jurídico y parlamentario.
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