Descripción
“Este libro, sus reflexiones, me han hecho pensar en la cascada de Escher, en aquella pintura en la que el agua corre en un canal, y ella baja, pero siempre regresa al punto de partida. El principio es la auto- logía, la auto recursividad, la referencia continua a sí misma. Me parece que es como el derecho de la modernidad, el derecho de la sociedad moderna, que privado de fundamentos opera en un cons- tante referirse a sí mismo (sea como determinación normativa o como determinación judicial o en el ámbito de las intervenciones de organismos supranacionales, siempre es aplicación de un derecho permisión del mismo derecho que se refiere al derecho, al derecho del Estado). Esta sería pues una gran y única fuente. Y es que el Derecho, para esconder su paradoja constitutiva (para utilizar la expresión acuñada por Niklas Luhmann, esto es, que el Derecho no tiene derecho a ser derecho, que el Derecho está privado de fundamentos, que el Derecho es válido porque no es válido) lo que utiliza son asimetrías que parecen multiplicar el punto de origen (que parecen remontar a distintos manantiales de los que el Derecho brota como el agua de un río como enseñaba la conocida metáfora de Claude Du Pasquier, y que bastaba remontarse a ellos para conocer las verdaderas entrañas de donde emana lo social del derecho) sin embargo, se trata de un solo punto. Solamente que la validez está en el propio derecho que, precisamente, se autovalida. Nos parece que la validez no viene del exterior sino del interior. Por último, podemos decir que, como lo indicaba en un principio, sin lugar a dudas es una obra fundamental que enriquecerá nuestra cultura jurídica. Auguro mis mejores deseos a este libro; seguramente tendrá una buena aceptación y respuesta ante un público, a la comunidad jurídica mexicana y latinoamericana que está en un permanente y constante deseo de superación y de motivaciones, de empaparse de pensamientos tan sugestivos como lo es el de Guastini.”
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